Para pulir tus zapatos de piel, ya sean deportivos o elegantes, primero debes limpiar la parte superior del polvo común y los residuos de suciedad causados ​​por el uso diario. Para esta operación, utilice un paño seco y un cepillo de cerdas limpias. Una vez eliminada la suciedad del empeine, proceder a aplicar el abrillantador del color correspondiente sobre el mismo empeine. Recomendamos utilizar un abrillantador de calidad, una crema que sea un "reparador" natural de la piel de tus zapatos y un cepillo de cerdas suaves para evitar arañazos o abrasiones. Use un poco de esmalte a la vez. Para cueros coloreados, tenga mucho cuidado de encontrar el color correspondiente, de lo contrario, use un pulimento neutro. Con el cepillo, repartir la crema abrillantadora uniformemente por toda la superficie del zapato, ejerciendo una ligera presión pero con delicadeza. Asegúrese de que toda la superficie de la parte superior esté cubierta con el betún, luego deje que el zapato "descanse" durante unos minutos, permitiendo que el betún penetre en los poros del cuero. Después de unos minutos, sosteniendo firmemente los zapatos en la mano o entre las rodillas, cepille el cuero enérgicamente (pero sin exagerar...) para eliminar los restos de cera superficiales. Repetir esta operación hasta que la superficie del cuero haya absorbido la crema abrillantadora de manera uniforme y completa. En este punto, coge un paño (algodón estará bien) y frota la parte superior con fuerza para conseguir el efecto "brillante" de los zapatos como nuevos. Recuerda que en estas operaciones de pulido también puedes involucrar la parte visible de la suela de cuero, el talón y la vira (si la hay) que se beneficiarán del mismo modo del tratamiento.